Leía yo el artículo de Fernando Laborda(periodista del diario
de los Mitre) y decodificando los mensajes que del mismo se desprendían me
entró la curiosidad de saber si este tipo( al que la frente se le ha extendido
hasta llegar casi a esa raya que indica que se
está en presencia de lo que llamamos trasero o culo en lenguaje campechano
y sonrisa de anuncio de pasta
dentífrica)ponía sobre la mesa el
título de médico y de especializado en
psiquiatría.
Pero no, nada aparecía
en el mencionado diario al respecto respaldando los diagnósticos que sobre la
presidenta el caradura expone en forma de pregunta con una evidente intención
de desprestigiar, injuriar, acosar, molestar a una mujer que lo único que le ha
hecho es ejercer el mandato dado por el pueblo.
Entonces, como personalmente el “machismo “ me molesta, como
los patoteros me dan asco, como los que
se las dan de “dotores” sin haber
pasado por los claustros universitarios me producen repugnancia es que
después de un tiempo tomé mi pluma militante para hacerle cosquillas en la pelada, ubicarlo en donde debe
estar no en donde cree que está y
demostrarle que las que sí pasamos por los claustros de las Altas Casas de
Estudio no somos paparulas que vamos a
permitir el acoso de género sobre quien
está ejerciendo la primera magistratura y aunque no fuera así por una
cuestión de identidad con lo femenino me resulta imposible no tomarle los pocos
pelos que le quedan con la intención de que deje de mostrar los dientes porque
mi mensaje le ha borrado la sonrisa después de leer lo que escribo.
¿No andará por ahí algún miembro de la justicia que lea
atentamente los improperios que este señor lanza sobre una mujer para
desprestigiarla y sembrar indirectamente
en el colectivo social que quien nos gobierna tiene afectada su psiquis?
Por mera curiosidad me
tomé el trabajo de leer el currículo que La Nación adjunta a sus artículos y
simplemente leí:
FERNANDO LABORDA:
Lleva más de 20 años
en LA NACION, donde cubrió las distintas áreas del periodismo político. En la
actualidad, es Jefe de Editoriales y columnista político del diario.
Ergo, deduje que de medicina ....nada.
De Psiquiatría....menos.
De semiología....ni que hablar
Pero el muy caradura
muy suelto de cuerpo siembra
ideas y conceptos relacionados con la paranoia, con los desbordes
emocionales, con la
autorreferencialidad,( término que seguro se copió de un diccionario para
denigrar y burlarse de la Primera Magistrada.) y creyéndose un discípulo de Hipócrates no solo se atreve a meterse con el duelo que la
presidenta (como todo deudo) realiza tras la muerte de su esposo sino que hasta tiene el tupé de mofarse de un
sentimiento que a él como mortal también le puede llegar porque nadie está
fuera del alcance de la parca.
Patología, histeria, teatralidad, narcisismo, empatía, y otros
términos semejantes llevan a Fernando
Laborda a ese estado de enajenación al que el individuo propenso a la envidia y
a la obsecuencia suele manifestar
cuando odia, resiente o envidia
(Desde ya que teniendo
aprobada Psicopatología y Psicodiagnóstico) y habiendo concluido una carrera
con orientación freudiana este charlatán
ignorante no va a venir a denostar a una mujer que es presa del maltrato
de un periodista que según lo atestigua el diario para el que escribe no es
médico ni posee título habilitante en el área en la que desprestigia a la Primera Magistrada
Por ello es que pregunto si no anda por ahí algún miembro de
la Justicia que le pida explicaciones a este caradura.
Porque una cosa es la libertad de expresión y otra cosa
es el acoso, el desprestigio y el
prejuicio que tienen como fin destruir una imagen y pisotear la autoestima de una persona que (como dije
anteriormente) lo único que le ha hecho al señor Laborda es ejercer el mandato dado por el pueblo.
Hasta la Victoria Siempre
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