A DANA...nuestra perra ovejera que murió un sábado al caer la tarde

(Vaya a saber por que murió)

Cuando luego de las amenazas y agresiones(tras la desaparición de Julio López) la Fiscalía nos asignó custodia domiciliaria , un patrullero lleno de pulgas fue estacionado en la puerta de nuestro hogar.
El móvil no funcionaba (y según lo que comentaban los sucesivos policías que se ocuparon de la custodia,)servía para dormir porque no había móviles para asignar a la custodia domiciliaria.
Esto de la falta de móviles produjo muchos inconvenientes ya que algunos policías intentaron pernoctar en el interior de nuestro hogar .
Entonces recurríamos a Dana (nuestra perra ovejera) que oliéndoles el trasero a los uniformados los acompañaba hasta el exterior de la casa siempre mostrando los dientes y siempre demostrando que era nuestra guardiana.
Dana era imponente.
Con su pelambre negra y lustrosa, sus orejas paradas y sus colmillos siempre listos para clavarse en la piel del que intentara acercarse a alguna de nosotras.
Si intuía que nos querían hacer daño se lanzaba sobre el cuerpo del que ella consideraba el agresor y lo acorralaba con sus patas contra la pared.
Y lo inmovilizaba.
Al caer la noche la custodia policial se encerraba en el patrullero porque prefería ser atacado por las pulgas a tener que vérselas con Dana
Porque nuestra perra que más que perra parecía una loba en celo se quedaba sentada al lado del patrullero siempre gruñendo y siempre mostrando los dientes
Y entonces podíamos entregarnos al descanso porque la vida que continuaba nos despertaba con las idas al trabajo y a las actividades que cada uno de nosotros teníamos.
Porque yo en aquél entonces trabajaba como profesora en la E.E.Media Nº 2 de Burzaco cuya Directora en lugar de solidarizarse me denució ante las autoridades educativas y comenzó a acosarme con actas e informes que elevaba a la superioridad.
Porque mi hija menor aún era alumna del sistema educativo provincial que en lugar de protegerla a través de sus Inspectores zonales le impidieron la escolaridad y le cerraron las puertas de las escuelas públicas de Adrogué.
Porque mis hijos mayores debieron continuar con sus trabajos y al mismo tiempo trnsformarse en una muralla infranqueable tras la cual se protegían de lo que les sucedía por ser mis hijos, es decir por ser hijos de una ex -detenida durante el genocidio militar.
Dana fue en aquellos momentos de nuestras existencias el “ángel” que con forma de perra nos protegió, nos salvó de caer en la desesperación y nos ayudó a reaccionar ante la yuta que aprovechando nuestra conmoción intentó conmocionarnos aún más con las armas que portaban, con los chalecos antibalas que vestían y con su presencia intimidatoria en cada espacio de nuestro hogar.
Dana también fue nuestra maestra.
Una maestra que nos enseñó a fijar los límites necesarios para que ninguno de nosotros pudiera ser manejados por el temor que nos causaban las idas y venidas de policías en el interior de la casa, en la puerta del hogar, en el portón de la entrada al domicilio
Dana se acostumbró a caminar junto a cada policía que se presentaba en la casa.
Siempre con las orejas paradas.
Siempre oliendo el trasero de cada uniformado que se presentaba .
Y siempre dispuesta a saltar si por casualidad un gesto del policía de turno no era interpretado por Dana como debía ser interpretado.
Así fue como el oficial Benavidez terminó contra la puerta pidiendo que le sacaran a la perra que se le había ido encima.
Así fue como el oficial Abdelnur terminó golpeando las manos cada vez que pedía para ir al baño porque Dana le tiraba tarascones por entre las rejas.
Así fue como el oficial Belisario Hinojo terminó durmiendo en el interior del patrullero pulguiento porque prefería dormir entre pulgas antes que tenerla a Dana sentada al lado mostrándole los dientes .

La relación de Dana con la yuta siempre fue una relación en la que ella supo imponer su superioridad instintiva porque asi sentía que nos protegía.
Vaya a saber por que nuestra ovejera jamás dejó que se acercara un policía a ninguna de nosotras.
Vaya a saber por que esa costumbre que adquirió de oler el culo al Comisario y a tantos Comisarios que pasaron por la casa.

Dana, nuestra ovejera, nuestra loba murió de repente un sábado al caer la tarde
Vaya a saber por que murió.
La extraño y la extrañamos.
Siempre la extrañaremos
El sábado por la mañana y como era la costumbre de la yuta, el oficial de guardia se había presentado golpeando las manos para avisar que había llegado y que se efectuaba el relevo de la guardia nocturna
El sábado por la tarde la perra agonizaba.
Al salir la luna y al llenarse el cielo de estrellas, Dana estaba muerta
Así , únicamente así Dana dejó de cuidarnos, de protegernos y de pasar junto a nosotros los momentos que debimos padecer tras la desaparición de Julio López y a raíz de las amenazas que habían comenzado a caer sobre quienes habíamos estado detenidos ilegalmente durante la Dictadura militar en los centros Clandestinos.
Nunca la olvidaremos.
Dana nuestra perra ovejera belga sigue viva en nuestros corazones y en nuestra Memoria.
Y siempre será así.

HASTA LA VICTORIA SIEMPRE
(Querida y amada Dana).