lunes, 9 de enero de 2012
Carlos Pagni(¿alias bolas de billar?)
(Muy a su pesar, tenemos presidenta para rato)
Me acuerdo que cuando iba a la escuela primaria si un compañerito se dedicaba a tirarnos de las trenzas siempre aparecía otro compañerito que salía en nuestra defensa y con el clásico:”No rompas las bolas” interrumpía al sádico que para no quedar mal parado contestaba:¿Qué bolas? Y recibía la inefable respuesta. Las tuyas, bolú ¿o te creés que son las bolas de billar.?
En ese entonces de nuestra infancia éramos muy ingenuas así que como siempre era mi costumbre recurría a mi viejo que se reía y me explicaba que las bolas de billar eran unas bolas redonditas, calvas y que solo servían para jugar al billar .
Y no se por que después de leer el artículo que el diario La Nación le publica al calvo escribiente don Carlos Pagni, profesor de Historia, me acordé de las bolas de billar.
¿Por la cabeza sin pelos, sin un quincho que esconda el brillo lustroso que como espejo refleja la luz del sol cada vez que Carlitos camina por la calle o toma sol en la playa.?
Vaya a saber
¿Se pondrá gorrita como todos los calvos para evitar las quemaduras?
Algún día tendremos la respuesta que por supuesto nos puede llegar tras una operación de injerto mal practicada que en lugar de pelos nos los devolverá con brotes de soja en lugar de cabellos.
Y ahí no más el calvo Carlitos Pagni le dará a la pluma para hablar de la MALA PRAXIS desde ya con el asesoramiento de Nelson Castro que haciendo gala de su sabiduría dará una explicación que no tendrá nada que ver con los brotes de soja aparecidos en la calva de Carlitos.
Lo que me llama la atención es el cambio sufrido por los programas analíticos de los profesorados de historia. No sabía que entre sus materias incluían clínica médica, endocrinología.
Porque el calvo Carlitos es tan solo un simple y común profesor de Historia y no un especialista habilitado para tratar temas relacionados con lo que es el métier de los endocrinólogos y oncólogos.
¿Usurpación de títulos?
No seamos extremistas y tomémonos las cosas como vienen de parte del profesor, pero eso sí ,haciéndole saber que no le tenemos respeto a las disertaciones escritas sobre temas de los que resulta ser un ignorante.
Pero, mi reflexión al respecto: Por la plata baila el mono y como decía Napoleón :”No hay hombre que no se venda, la cuestión es encontrarle el precio”.
Supuestamente los Mitre deben haber encontrado el precio y de ahí en más las maldades escondidas de Carlitos y los rencores y frustraciones se pusieron de acuerdo para transformarse en un vil acosador de las mujeres o en este caso de una mujer a la que le debe respeto porque ha sido elegida por el pueblo (al que él mal que le pese pertenece).
En consonancia con Clarín que hasta habla de mutilación y de especulaciones políticas, Carlitos parece apesadumbrado porque la operación practicada a la presidenta fue un éxito, porque gracias a Dios o al destino o lo que sea la presidenta seguirá gobernando con salud los cuatro años para los cuales fue elegida y aunque parezca una fantasía morbosa hasta me atrevo a pensar que Carlitos y los iguales al calvo esperaban librarse de una mujer que no les teme, que los enfrenta, que les canta las cuarenta y que los mata con la indiferencia.
Pero, algo les salió mal. Algo no previsto se interpuso en ese camino de mierda, soretes y desperdicios del cual recogen día a día el material con el que luego se mandan la parte de columnistas y el olor a caca los impregna como se impregnan de ese olor nauseabundo los que buscan ratas en las estaciones de trenes.
Y bueno, así es la vida y así son los recuerdos y las asociaciones. El calvo Carlos Pagni despertó en mi,(con el contenido morboso de su artículo) recuerdos de mi infancia cuando me tiraban las trenzas y entonces el perverso quedaba en ridículo al momento en el que le paraban el carro diciéndole:No rompas las bolas.¿Qué bolas? Las tuyas bolú o te creés que son las bolas de billar?
Hasta la Victoria Siempre
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