viernes, 28 de octubre de 2011
EDITORIAL del diario La Nación: ¿Reivindica el Terrorismo de Estado?
(Saquen sus conclusiones)
Hoy un compañero me hizo llegar lo escrito por el diario La Nación en su EDITORIAL del día de la fecha.
Me puse a leerlo para tratar de entender el por que del asco producido en mi compañero por tal EDITORIAL.
Creo que desde esta realidad que vivo de haber podido ser testigo de la felicidad de ser feliz en un país feliz en el que mis nietos han de crecer sin que yo como abuela deba ponerme un pañuelo blanco para buscarlos porque el Estado vulnerando mis derechos humanos me condena a vagar por los caminos del mundo en busca de la sangre de mi sangre entiendo el sentimiento que atacando la dignidad de mi compañero de sobreviviente de los pozos le produjo el asco que lo indujo a enviarme lo publicado por el diario La Nación.
Me puse a leerlo.
“Derechos humanos para algunos” se titula.
Al avanzar en la lectura uno puede darse cuenta, entender y hasta llegar a comprender como fueron posibles los golpes de estado, los asesinatos a ciudadanos indefensos, el avasallamiento a los hogares, el robo de bebés, el odio y el desprecio por la vida del hombre que era detenida impunemente en la calle, manoseado y denigrado en el acto de arrinconar a un ser humano contra la pared violando la intimidad de su cuerpo .
Y uno puede darse cuenta porque el diario en su EDITORIAL refleja esa concepción que caracterizó a quienes hicieron de la violencia el arma con la que intentaron someter a la población dejando expuesto en el contenido la ideología que hizo de muchos periodistas y dueños de diarios los más fieles colaboradores de los golpes militares que asolaron no solo a nuestro país sino a toda latinoamérica.
Porque estos individuos que vestían un uniforme que deshonraban con sus acciones se habían pertrechado con el terrorismo de estado y desde ese terrorismo aterrorizaron a quienes solo atinaron a defenderse como un instinto de natural sobrevivencia que los llevó a soportar las lacerantes heridas producidas por los carceleros, por los interrogadores por los sicarios que decían responder a órdenes emanadas de la superioridad y a partir de dicha justificación justificar las aberraciones y crímenes cometidos intentando escapar del cautiverio de las rejas y de quienes al sobrevivir nos convertimos en las voces de los muertos pidiendo por justicia desde la oscuridad de la nada de las tumbas NN.
Según pasan los años uno puede vislumbrar como fue posible la tragedia que se llevó a 30.000 compañeros al leer EDITORIALES reivindicativas del terrorismo estatal que no vacilan en usar el término “subversión” e implantar el concepto de “guerra” para justificar lo injustificable.
En este País no hubo una guerra sino que hubo un terrorismo de estado que contó con la participación de civiles delatores, buchones, soplones y señaladores que reforzaron las balas de los fusiles y alentaron desde el papel prensa la salida de tanques a la calle con el concreto objetivo de aplastar a una población que solo se defendía de la agresión de aquellos que recibían un sueldo por ser soldados y estaban entrenados y preparados para la lucha armada.
Terminé de leer lo publicado sintiendo pena por quien escribía lo publicado en el diario mencionado.
Pena porque es un impedido moral para vivir en democracia y de disfrutar lo que es la felicidad.
¿Y que es la felicidad?
La felicidad es disfrutar un País con futuro, con objetivos a lograr y con esperanzas.
Y eso no solo es mucho sino que supera los sueños y utopías de una generación como la del 70 que supo hacerle frente a los genocidas, seguirlos hasta encontrarlos y encerrarlos de por vida para que paguen por las muertes, robos y desapariciones de las que son responsables.
Hasta la Victoria Siempre
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