martes, 1 de febrero de 2011
Memorias de una profesora "subversiva":"Vestida de novia"
1 de febrero de 1974
Un día de los muchos días de aquellas vacaciones del 73 cupido lanzó sus flechas y con las flechas de Cupido llegó el amor
Me enamoré como loca.
Nos enamoramos como se enamoran los enamorados.
Todos los enamorados se enamoran igual y así fue para nosotros.
Muchas cosas en común nos unieron desde el principio.
Fue el saber que ambos éramos militantes y de la juventud peronista , esa juventud que había hecho todo lo que debía hacer para traerse al general y sacarlo de su prolongado exilio.
Y era la complicidad de San Clemente del Tuyú y era la complicidad del mar y de la luna marina y de las mareas y de las estrellas que solían reflejarse en las aguas que se balanceaban al ritmo que les marcaban las olas.
Y era la costa y era el atardecer escuchando como las olas reventaban en la playa y era el amanecer viendo como salía el sol despacito asomándose tras la línea del horizonte.
Y era el descubrir que la vida me vestía de novia .
Y eran las sandalias con plataforma de madera y eran las minifaldas y eran los sueños soñados de tener esa ilusión de vestirme un día de blanco y de besarme en el aljibe que celosamente guardaba en sus viejas entrañas el registro civil del pueblo en el que yo vivía.
Y fue el noviazgo a destiempo de los tiempos que se vivían en aquellos tiempos.
Eran tiempos pacatos y yo no era pacata.
Eran tiempos de silencio y yo no era silencio
Yo trabaja como maestra en la Escuela Nº 9 de Longchamps y él, mi amor , el hombre que me había dado vuelta trabajaba en ENTEL .
Y éramos estudiantes universitarios y éramos estudiantes que pertenecíamos a los Centros de Estudiantes y éramos estudiantes que trabajábamos en las villas y éramos estudiantes militantes que alrededor de la WINCO nos juntábamos a matear mientras soñábamos como solían soñar los jóvenes que eran jóvenes como yo en aquellos tiempos que parecen tan , pero tan lejanos.
Jóvenes con ideales , eso éramos.
Jóvenes que participaban de la vida que se daba o se nos daba en aquellos días.
Y un día de esos días decidimos vivir juntos.
A escondidas lo hicimos.
Y a escondidas nos encontrábamos en nuestro nido de amor de Espora 132.
Un departamento alquilado con la garantía de una amiga militante perteneciente a una tradicional familia de Adrogué.
Yo creo que mi vieja lo sospechaba pero nunca me dijo nada ni preguntaba por mis tardanzas porque sabía que como respuesta iba a recibir una mentira de las muchas que yo había aprendido para no poner en riesgo la vida de quienes me amaban .
Y así decidimos un día que había llegado el momento de pasar por el registro civil y hacer realidad el sueño de besarnos en el aljibe que dormía su viejo sueño en la casona antigua que oficiaba los casamientos civiles.
Y así decidimos que había llegado el día de vestirme de novia .
Una novia de minifalfa con un ramo de nomeolvides y rositas pequeñas de los rosedales de Adrogué.
Pasamos así por la Iglesia.
Y juramos ante Dios amarnos ,respetarnos, cuidarnos y ser fiel el uno al otro.
Hasta que la muerte nos separe repetimos frente al cura Jarillo.
Mientras mis amigos y mis amigas cantaban el Aleluya y mi vieja lloraba .
Y mientras extrañaba a mi viejo que yo imaginaba tomándome de la mano para felicitarme por mi anillo de bodas que a partir de ese momento comencé a llevar para que todos supieran que era una mujer que tenía dueño y que estaba enamorada.
Era el 1 de febrero de 1974
Y era un día radiante y eran un mediodía de esos días que suelen venirse con los días de febrero.
Y yo estaba feliz.
Por esas cosas de la vida, por esas cosas que suelen suceder sin que una quiera que sucedan,sucedieron muchas cosas que yo no hubiera querido que sucedieran
Pero de ese amor que no pudo ser como yo soñaba que fuera me quedó lo mejor del amor.
Me quedaron mis cuatro hijos.
Que llegaron en 1976(con el Golpe de Estado), en 1978(con el Mundial de Futbol), en 1982 (con la Guerra de las Malvinas) y en 1989(con la democracia).
Han pasado muchos años desde entonces.
Miren si habrán pasado los años que me están saliendo canas , tengo arrugas en la cara, mis amigas como yo están envejeciendo
La casa que nos protegió cuando las cosas que sucedieron no tuvieron que suceder pero sucedieron tiene techos nuevos, las enredaderas tienen más flores, el limonero se cubre con más limones , el nogal estalla cada vez con más nueces al llegar el inexorable tiempo de madurar los frutos, el plátano sigue insistiendo en dejar morir sus hojas de otoño en el patio de la casa y mis ojos siguen siendo como los ojos de los gatos, con ese color que tienen los ojos de los gatos .
Y siguen mirando al mundo con esperanza.
Y siguen recordando aquél 1 de febrero de 1974 cuando después de besarnos en el aljibe de la casona que actuaba de registro civil vestida de novia entraba en la Iglesia de la Medalla Milagrosa tan enamorada, como se enamoran los enamorados.
Hasta la Victoria Siempre
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Hermoso...
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