domingo, 11 de septiembre de 2011

Sebastián Piñera presidente de Chile ofende la MEMORIA de Salvador Allende




El 11 de septiembre de 1973 era un día martes y como todos los 11 de septiembre los maestros argentinos conmemorábamos el Día del Maestro.
Y mientras esto ocurría, en el país chileno un golpe de estado liderado por Pinochet hería de muerte la vida democrática elegida en las urnas por el pueblo hermano.
Han pasado 38 años desde entonces y en ese devenir del tiempo quienes entonces éramos adolescentes hoy resultamos la generación sobreviviente de los asesinatos, secuestros, torturas y desapariciones forzadas que se dieron en los países de Latinoamérica.
Ya habíamos nacido y hoy somos los hombres y mujeres que seguimos buscando a los que desaparecieron.
Porque los que desaparecieron fueron y son parte de esa historia que Sebastián Piñera el presidente de Chile pretende que se olvide para así sepultar el pasado genocida en las sombras de un amanecer teñido de sangre y de lamentos de quienes aún buscan a sus seres queridos.
El 11 de septiembre de 1973 los maestros argentinos celebrábamos el día del maestro mientras en el país hermano La Tencha iba en secreto, iba en silencio a enterrar a Salvador Allende….su marido
Recuerdo haber escrito sobre el tema algo que hoy, 11 de septiembre me interesa transcribir porque las palabras del actual presidente de Chile me han sonado a ofensa a la memoria de quien fuera presidente constitucional del País vecino.

Se habían abierto las alamedas para dejar pasar al féretro envuelto en una manta y sin bandera.
Detrás del ataúd iba “La Tencha,”iba en silencio, iba en secreto a enterrar a su marido.
El carro fúnebre recorría los cerros en busca del cementerio
Era el último destino de ese hombre que había inmolado su vida por su pueblo.

Primero fue un murmullo
Después el murmullo se hizo aliento
Sumando los alientos, venciendo los temores se vino el pueblo hacia la calle.

Detrás del ataúd iba “La Tencha”
El pueblo en oración la acompañaba.
Estaba en soledad frente a la muerte que abrazaba con la muerte a su marido.
Estaba vigilada por los traidores que a traición le robaban al pueblo su destino.
De uniformes los Judas que entregaban a la muerte al presidente.

Tomó una flor “La Tencha” .
Alzó la voz.
Que todos sepan que aquí se entierra a un presidente.

Cayó la flor ...
Única flor que hubo en ese entierro
Han pasado los años y han pasado los días desde entonces.
Desde entonces
Cada día desde entonces hay una flor y otra flor
sobre la tumba sin nombre de ese muerto
Que murió como mueren los que aman a los pueblos que gobiernan

Salvador Allende, Presidente Constitucional de Chile.,
el marido de “La Tencha”
y el padre de las hijas de “La Tencha”.

Los hechos que actualmente protagonizan los alumnos y profesores que defienden la educación pública chilena parecen desmentir a Sebastián Piñera que pretende encubrir ese pasado genocida olvidando que la víctima de ese pasado fue el pueblo chileno que enfrentó sin temor al asesino .
Y el que hoy se levanta en sus reclamos tal vez porque al abrirse las grandes alamedas la nueva generación de hombres libres intenta construir una sociedad mejor y más justa.

Hasta la Victoria Siempre

De la generación del 70:
Yo tengo fe que Chile va a ganar , y va a romperle el culo al gobierno militar

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