martes, 20 de marzo de 2012

Siempre, desde entonces me siento triste cuando se llega marzo



24/3/2012

Porque llovía y el agua golpeaba contra los vidrios de la ventana arrastrando recuerdos que en forma de jazmines blancos iban tapizando el suelo del patio de mi casa me quedé dormida.
Y sucedió lo que siempre sucede cuando llega marzo.
Regresaron mis cumpas .
Se vienen a buscarme y a hacerme compañía porque saben que aún y a pesar de los años los espero.
Dicen que con el tiempo una debe aceptar que han partido para siempre, que en una esquina de la vida se quedaron perdidos y por eso no regresan.
Pero, yo no puedo evitar seguir esperando cuando llega marzo y aún aceptando que se han ido los busco en los caminos y en las calles de mi pueblo y los recuerdo así como cuando juntos mateábamos al caer la tarde y como cuando robábamos rosas de los rosedales que crecían en la plaza del Almirante.
Y espero porque se que algún día volveremos a encontrarnos y como entonces lo hacíamos nos daremos un abrazo y tomados de las manos nos daremos fuerza para seguir luchando y resistiendo
Era en los rosedales que crecían frente a la San Gabriel de entonces donde nos reuníamos.
Ahí estaba el Arcángel que miraba hacia la Comisaría en silencio, como miran los arcángeles con las alas abiertas a la esperanza y la cabeza como detenida en una visión infinita que podía penetrar las paredes del que luego fuera Centro Clandestino entre 1976 y 1977
Porque la Comisaría con el correr de los tiempos se transformó en un Centro Clandestino al que llevaban a compañeros y compañeras que poco a poco iban abandonando las reuniones bajo los rosedales.
Vinieron mientras dormía a visitarme en mis sueños aquellos compañeros que compartieron conmigo las celdas de los Pozos .
Y vino Mirta y Marta y vinieron “la muda” y “el pibe” y “el ingeniero” y Nené y Claudio y ”el turco”y Luis y venían con canastas repletas de naranjas los cumpas que eran curas
Era tan real el sueño que hasta jugábamos en las celdas a hacer ruido con las rejas cuando se iba “Chupete”.
Era tan real el sueño que Mirta estaba tan pálida y tan blanca como aquella última noche en que teníamos que despedirnos porque a mi me trasladaban o me soltaban.
Estás envejeciendo alcanzaron a decirme antes de despedirse porque la lluvia que había cesado me volvía al mundo del presente.
Estoy envejeciendo es cierto y así con este tiempo entre las manos aún los sigo esperando....alcancé a decirles antes de despertarme.
Un suave olor a jazmines inundó mi habitación y un ramito de malvones blancos quedó entre las rejas cargado de gotitas de lluvia y de recuerdos de entonces.
Y sucedió que me di cuenta que lloraba en silencio aferrada al ramito de malvones y al suave olor a jazmines que yo se que mis cumpas me dejaron como recuerdo de ese encuentro en el mundo impenetrable de mis sueños.
Inevitablemente, siempre, desde entonces me siento triste cuando se llega marzo .
Porque extraño a mis cumpas porque aún los espero aunque se que se han quedado en una esquina de la vida y no encuentran otro camino que el camino de los sueños.
Volveremos a encontrarnos, estoy segura.
Mientras tanto los espero
Hasta entonces compañeros

Hasta la Victoria siempre

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