domingo, 19 de abril de 2009

La INSEGURIDAD nos desaparecía pero,nadie organizaba MARCHAS ni pedía por SEGURIDAD


La Popy y el Turco.


Tomabas el tren y no sabías si llegabas a Constitución .
Y si llegabas no sabías si en una de esas te estaba esperando el ejército con tipos armados hasta los dientes y con fusiles apuntando al pasaje que bajaba de los vagones .
Imposible olvidarse de esas imágenes.
VIVIR EN INSEGURIDAD
Hoy eras y mañana (si a estos desgraciados usurpadores del poder del pueblo se les antojaba)no eras.
Pasabas de ser un pasajero del tren carreta a un DESAPARECIDO en el tren carreta.
Por eso cuando íbamos a la Facultad o al trabajo siempre íbamos en grupo.
Nadie ignoraba que en el conurbano desaparecían maestros,profesores,deportistas.
Nadie ignoraba que en la Comisaría de Adrogué pasaban cosas extrañas porque se oían gritos y los vecinos comentaban que veían entrar y salir autos sin chapas.
Pasaba lo mismo en la Comisaría de Burzaco y en la de Lanús.
Ni que hablar de Banfield.
Detenían el tren en plena estación y sin reparar si eras joven,vieja, hombre o mujer te ponían el fusil en la cabeza y tirada contra el piso del andén te pasaban las manos por donde se les antojaba a estos mierdas .
O te arrinconaban contra la pared para palparte.
No recuerdo que nadie se quejara de semejante INSEGURIDAD.
No recuerdo que se organizaran MARCHAS reclamando por seguridad a estos malvados asesinos del pueblo trabajador.
No recuerdo a ningún RABINO alentando al pueblo a sublevarse contra la opresión de los tiranos.
Si recuerdo a los MONSEÑORES hablando de los subversivos marxistas.
Si recuerdo a los periodistas lamebotas hablando de las “Locas de la Plaza”.

En épocas de la dictadura militar solíamos viajar con el corazón en la mano .
Los milicos solían hacer operativos en las estaciones de Burzaco ,Témperley y Lanús.
También solían detener el tren antes de llegar a la estación.
Y civiles armados recorrían la peatonal de Lomas de Zamora en busca de personas a las que en presencia de todos y a plena luz del día las conducían hasta la estación para luego subirlas juntos a los detenidos entre el pasaje del tren a los camiones militares que esperaban junto a la estación y que luego tomaban por la Avenida Pavón con rumbo desconocido.
Nadie salía con antorchas a reunirse en la Plaza de Mayo pidiendo por los que desaparecian.
Nadie hacía sonar las cacerolitas para protestar por lo que los milicos hacían con los ciudadanos.


Un día de esos días en que viajaba con la Popy, pasó que el tren quedó detenido en mitad del recorrido.
La Popy tenía que encontrarse con el "Turco" en el tren de las ocho.
El "Turco" subía en Témperley y desde ahí viajábamos hasta Constitución donde nos encontrábamos con otros compañeros que iban a trabajar o a estudiar.
Subieron los milicos con las armas .
Recorrieron el vagón como buscando a alguien, pasaron por nuestro lado y siguieron rumbo al otro vagón.
Al rato el tren reinició su marcha.
Al llegar a Témperley la estación estaba con más milicos que pasajeros .
No lo vimos al "Turco", había hombres contra las paredes del andén con los brazos extendidos mientras las armas les apuntaban a las cabezas.
Con el paso de los años y con la electrificación del Roca aprendimos a viajar colgados de los ganchos que ponen para colgar las bicicletas en los vagones destinados a las bicicletas.
Colgados como las bicicletas, en cada gancho una mano y de cada mano colgando un cuerpo.

Ya el tren no queda detenido por operativos militares antes de llegar a las estaciones que siguen ahí como siempre, mirando desde el andén
Las campanitas celestes y las blancas y las rosas y las violetas siguen trepándose en los alambrados que bordean el camino que lleva a Constitución.
La Popy sigue preguntándose por el "Turco" que ese día no subió al tren .
Nunca se casó la Popy, solterona se quedó esperando al "Turco".
Ella insiste en que el "Turco" la va a venir a buscar
Y que subirá al vagón y que la reconocerá a pesar de las arrugas y del paso del tiempo.
Así piensa la Popy y yo no la contradigo.

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