lunes, 17 de enero de 2011

Memorias de una profesora "subversiva":Sigamos caminando, no corras....




Alguien muy querido me había escrito un mail en el que se podía leer:
A Sísifo lo condenaron a llevar siempre la misma piedra
Pero él burló a los dioses
Porque inventó la alegría

Era un mail llegado de Paris y terminaba con la ,palabra: ¡SIGAMOS¡
Y vaya a saber los motivos por los cuales me prendí al ¡SIGAMOS¡.

Sigamos caminando, no corras.
No corras, por favor no corras.
(La voz del padre de mi hija).
Como una súplica o como una órden o como una súplica –órden.
Entonces yo empecé a caminar.
De golpe forcé mis piernas que temblaban, las forcé a obedecerme.
Yo estaba orinada, me había orinado en la camioneta azul oscura en la que nos trasladaban luego de sacarnos del pozo.
Estaba toda mojada y tenía terror.
El terror me sacudía el cuerpo.
Temblaba, todo mi cuerpo temblaba.
Se movían mis brazos(como si un ventarrón se hubiera instalado en el centro mismo de mi cuerpo).
Se movía mi cabeza, me lastimaba los labios porque los dientes se estrellaban unos contra otros y se hundían en la carrne.
Y me salía sangre.
Y tenía miedo
Yo quería correr.
Me habían hecho b ajar de la camioneta, era de noche pero había como pequeñas luces (como luciérnagas) que se prendían y apagaban al costado del lugar en el que estaba.
Nos habían bajado.
A vos primero que a mi.
Y se habían bajado dos milicos de azul, si, yo recuerdo aquel espanto.
Y tenían armas largas y gritaban y me apuntaban y te apuntaban.
Y yo sentía que pisaba basura.
Y había un olor nauseabundo.
Ese olor aún me lleva a aquel lugar y a aquella noche cuando algún animal en descomposición queda tendido en el paso a nivel que cruzo todas las mañanas para ir a trabajar a la escuela de Burzaco.
Y yo viví entonces la sensación de final.
Yo experimenté en mi cuerpo y en mi existencia que mi existencia se terminaba.
Yo sentía que me mataban.
Era el final de mi vida.
Era el final , ahí en ese lugar con olor a muerte y lleno de despojos y basura.
Yo era una despojo más.
Caminen, vamos, caminen y no miren para atrás(la voz, la órden seca).La voz provenía de un milico.
El que tenia un pasamontañas, el alto, el que se paraba con las piernas separadas.
Aún lo veo ahí. Como una estatua.
Era la muerte y yo era su víctima.
No me mires, date vuelta.
Vamos caminá.
Y yo comencé a correr.
Y tu voz desesperada: No corras.
No corras.
Caminá, seguí caminando sin darte vuelta.

¿Dónde estamos te preguntaba?
No se, caminá , parece que estamos cerca de una ruta(tu voz).
Y caminamos, caminamos hasta que se acabó el camino.
Y se acabó cuando comenzaba a clarear y a la altura en que la Avenida Espora se encontraba con la Avenida Pasco.
Estábamos en Témperley.
Y estábamos libres.
Y estaban mojados mis pantalones.
Y tenía frío y al mismo tiempo transpiraba.
Como castañuelas mis dientes se pegaban unos con otros.
Y me tomaste de la mano.
Del otro lado de la Avenida un bar
Iluminado, muy iluminado con una luz muy blanca.
Y un mostrador y un hombre tras el mostrador.
Y vos que entraste y yo que te seguía.
Y el hombre que nos miraba.
Y vos que le pedías el teléfono.
Y yo que te escuchaba decir: Nos secuestró el Ejército.
Nos liberaron recién.
Y el hombre que te respondía (como en un sueño) : A mi hijo le pasó lo mismo.
Y te prestó el teléfono.
Y entonces yo puse mi dedo en el disco con agujeritos y marqué el número de la casa de mi vieja.
Y la voz de mi vieja.
Y mi voz: Mamá
Mamá estamos libres, acaban de soltarnos.


Hasta la Victoria Siempre

1 comentario:

  1. mechi-ta@hotmail.com26 de enero de 2011, 2:40

    GRACIAS!! POR COMPARTIR tus vivencias,con nosotros, con los vivos,por ayudarnos a no olvidar para seguir ...para no permitir que algunos locos se hagan dueños de la vida y la muerte! NUNCA MAS! tu relato como otros tantos erizan la piel, me retrotraen,nuevamente GRACIAS!!TAMBIEN POR RECORDARNOS QUIEN ES QUIEN?!!!

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