sábado, 10 de diciembre de 2011

La VICTORIA da derecho a sentirse vencedora



Hoy la Betty Sarlo se despertó cargada de envidia, a tal punto que no pudiendo contenerla se dedicó a escribir unas líneas en el diario La Nación.
Supongo que a modo de terapia porque de lo contrario el término misógina le calzaría como los trajecitos de profesora con los que se fotografía para aparecer en el diario gorila.
No se si ha perdido su sentido de coherencia o si su coherencia ha sido sepultada bajo una maraña de retazos históricos y comparaciones burdas con las que pretende descalificar al peronismo.
Que si nos ponemos a pensar (porque a la Betty le resulta imposible) el peronismo ha sido el único partido político que ha terminado con los mandatos presidenciales y ha cumplido con el pueblo sin necesidad de recurrir a helicópteros, a entregas de poder en forma apresurada o reprimir para acallar las voces de protestas por los corralitos y los corralones y los ajustes a que fuéramos sometidos por los muchos ineptos y cagones que la Betty no nombra, no describe y no menciona.
Mujer envidiosa si la hay, no cabe duda . Las mujeres no podemos disimular la envidia cuando esta se nos instala frente a otra mujer que nos pasa el trapo, el plumero y el escobillón y nos hace descubrir que resulta un mal sentimiento envidiar porque la envidia solo arruga la cara, pone blanco el pelo e instala un rictus amargo en una cara que se asemeja más a un ojete a que a un rostro femenino..
Hoy ha sido un día feliz, glorioso y democrático.
La Betty se ha empachado, está con gastritis y seguramente esta noche no podrá dormir tratando de pensar en las maldades que escribirá para defenestrar a una mujer que alcanzó la VICTORIA con el apoyo popular.
Demasiado para la Betty, un exceso para la Sarlo acostumbrada a llevarse al mundo por delante y hacer sentir al otro que es la dueña de la intelectualidad.
La VICTORIA da derecho a sentirse vencedora.
No podía ser de otra manera porque la VICTORIA en sí misma es la expresión cabal de quien gana, de quien vence y de quien sigue adelante pese a las Betty, pese a las demás hembras gorilas y pese a la envidia de quienes hoy seguramente se atragantaron con la fiesta popular que celebró el segundo mandato de la mujer votada por el 54% de la población.
Para terminar y a manera de hacerle saber a la Betty que mi aproximación a José Luis Romero tiene un aspecto más mundano y prosaico.
José Luis Romero es el nombre de la E.E.M.Nº 12 de Adrogué de la que fui Regente de Estudios y que José Luis Romero vivió en mi pueblo, exactamente en la calle Cerreti y Rosales y que en el pilar de entrada a la casa tiene un cartelito que dice: Aquí vivió José Luis Romero.
Una casa que por poco resulta mi casa porque fue puesta en venta y al ir a conocerla pude y pudimos caminar por las habitaciones y la cocina y el escritorio y un patio con algo parecido a un taller de carpintería de la casona que cobijó a José Luis Romero.
José Luis Romero de quien la Betty afirma que llamó a la Argentina “País aluvial”.

Hasta la Victoria Siempre

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