domingo, 11 de diciembre de 2011

Pedro Eugenio Aramburu, el asesino de la FUSILADORA



Leía yo el artículo¿"Un bebé montonero”? que el periodista Pepe Eliaschev supuestamente para enlodar al Jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina escribía en el diario Perfil.
Y entonces como el mencionado resalta que Fernando Abal Medina(tío de Juan Manuel)fue uno de los montoneros que concretó el secuestro de Pedro Eugenio Aramburu haciendo aparecer a este milico como un pobre mártir frente a los ojos de los lectores, sentí la necesidad de intentar poner las cosas en su lugar y dejar que quienes tengan acceso a mi versión saquen sus propias conclusiones.
¿Por qué lo hago?
Es simple.
Mientras fui maestra y mientras trabajaba en la localidad de Longchamps compartí mis jornadas laborales con Ana María Ross(Ani entre nosotras)hija y sobrina de civiles pasados por las armas por los asesinos de la fusiladora.
Así llegó hasta mi conocimiento como muchos hijos de militantes peronistas habían crecido sin padres y así año tras año nunca dejé de recibir la invitación para participar de los actos con que en José León Suarez se recordaba a los fusilados por los usurpadores del gobierno democrático.
Hace mucho que no veo a Ani, vivimos en el mismo pueblo y nos unirá de por vida ese sentimiento de impotencia de ver como la Historia a través de periodistas como Eliaschev pretende mostrar a los asesinos como santos y a los combatientes como asesinos.
Por otra parte, mi viejo era amigo del general Juan José Valle a quien
Pedro Eugenio Aramburu un asesino y un golpista mandara fusilar el 12 de junio de 1956.
Los relatos de mi viejo y las lágrimas que le inundaban los ojos cada vez que me contaba lo ocurrido a su amigo han quedado grabadas en mi alma y en mi Memoria como también aquellas palabras que Juan José escribiera antes de ser fusilado por órden del asesino Pedro E. Aramburu:
“Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado. Debo a mi Patria la declaración fidedigna de los acontecimientos…
Evidentemente que el sentido de Resistencia Peronista no cabe en la cabeza de Eliaschev y evidentemente la única salida a su manifiesto gorilismo se expresa en la burla hacia quienes jamás se olvidaron de las viudas, de los huérfanos y de los mártires asesinados por Aramburu.
Entonces desde mi militancia y desde mis vivencias de aquellos años de adolescencia contesto las preguntas de Eliaschev:
¿Para que llevábamos a las reuniones de compañeros a nuestros bebés?
Para darles la teta y para cambiarles los pañales.
Porque vivíamos otros momentos históricos, porque la sangre derramada jamás sería negociada y porque entendíamos que Juan José Valle y los militantes asesinados por fin podrían descansar en paz si ninguno de nosotros nos olvidábamos de que habían dado la vida por la Patria y por un País más justo e igualitario.
Ani merece que nadie olvide que creció sin padre.
Y mi viejo merece que su amigo finalmente sea reivindicado por la historia.
Frente a los Aramburu, los Rojas, los Lonardi que atropellando las Instituciones pretendieron pasar como mártires cuando fueron unos sanguinarios ASESINOS.

Hasta la Victoria Siempre

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