ELISA MARÍA AVELINA CARRIÓ, dejate de hablar pavadas

Yo creía que eras abogada, también sabía que habías colaborado con la dictadura y por lo que se divulgaba de boca en boca al parecer no podías justificar de donde salían los recursos que te permiten y permitían llevar la vida de holgazana y leguleya capaz de dejarte el tiempo necesario para dedicarte a criticar a quienes por estar ocupadas no tienen tiempo para andar husmeando en la vida ajena cuando se tiene un pasado y una vida propia llena de altibajos, de rencores, de odios, de deslealtades, de negociaciones y de un sentido de la realidad que no coincide con la realidad que vivimos las mujeres que trabajamos y que aceptamos la vida tal como se nos da.
Porque, ¿sabes una cosa?
No pensar más que en llenarte la barriga y hacer honor a la gorila de los almuerzos deglutiendo desesperadamente los ravioles y las milanesas que según tus propios dichos se constituyen en una pasión en tu vida , eso, es tan nocivo a la salud como lo es el no poder desplazarte porque el peso de tu cuerpo te lo impide y porque a la larga se pagan las consecuencias con problemas que manifestados en el corazón pueden conducirte a una muerte prematura.
Pero nadie te discrimina ni te critica por ello.

Es decir, por ser tan gorda.

Nadie se ríe de vos porque tus piernas se juntan al caminar impidiéndote el desplazamiento.
Y menos aun nadie osaría darte consejos de someterte a una dieta para mejorar tu presencia y tu estado físico porque, si tu elección es la gordura nadie tiene derecho a meterse con vos en ese aspecto.
Cada cual y cada quien acepta o decide su presencia física de acuerdo a como se la de la gana.
A vos te gusta ser gorda y a otras les gusta ser flacas.
¿Algún problema?
No.
Allá vos y allá tus milanesas y tus ravioles y tu gula que te devuelve una imagen que seguramente es la que te gusta observar cuando te mirás en el espejo.
Esta reflexión a raíz de que has salido (como resulta ser tu costumbre) a criticar a quien podría darte ejemplo de dignidad, entereza y valentía .
A criticar a la mujer que gobierna porque a tu criterio no realiza el duelo tras la muerte de su esposo como lo estipulan las diversas religiones.
Y como vos lo interpretás o como quisieras que lo realizara quien resulta ser la Primera Magistrada
Y ante esta falta de consideración y hasta diría de solidaridad( por la desgracia que padece otra mujer que por tener las responsabilidades que tiene no puede dar muestras de desfallecimiento )porque si ella se muestra débil seguramente quienes están aguardando la menor muestra de debilidad para volver a atacarla y de ser posible sacarla del sillón de Rivadavia porque ya están preparados para el zarpazo, insisto ,ante la maléficas y malintencionadas críticas con las que te regodeás no me cabe más que repudiarte .
Quiero que sepas que el duelo es algo único y personal y que cada cual lo vive, lo manifiesta y lo elabora a su manera.
Porque es único.
¿No te parece que el pueblo te paga para que trabajes en lo que te corresponde trabajar?
Trabajar, no darle a la lengua viperina que según parece se envenena más con cada comunión diaria que según afirmás se constituye en tu alimento de cada dia.
Cosa rara, no se por que me hacés acordar a esos tipos que comulgaban con el sol para asesinar y torturar con la luna.
Dejá vivir a la gente como la gente opta por vivir y empezá a mirar un poco como es tu propia vida .
Es muy loco lo que te pasa.
No es que estés a contramano de todo.
Es que estás muy mal.
De la azotea.
Y eso también se paga.
Terminás en el loquero o pagándole a un terapeuta.
Pensalo y dejate de hablar pavadas.
¿No te parece Elisa María Avelina?

Hasta la Victoria Siempre

AMÉN