martes, 16 de noviembre de 2010

En las calles el pueblo resuelve sus problemas



(Intentemos resolver el problema del PRESUPUESTO)

Por lo general leo los diarios antes de irme a dormir.
Una vieja costumbre (herencia de mi viejo ) una más entre las herencias que me legó cuando se fue temprano de este mundo.
En las calles el pueblo resuelve sus problemas y quien a hierro mata a hierro muere(también un legado que se quedó conmigo marcándome el camino que mi viejo intentó hacerme conocer para que caminara tal vez como él lo había caminado o para que no me tropezara con las piedras que el se había tropezado.
Para el 17 de noviembre de 1972 mi viejo ya no estaba conmigo para caminar los caminos que (de haber estado la ciencia más adelantada ) tal vez podríamos haber caminado juntos.
Porque así era mi viejo conmigo y así era yo con él.
Éramos compinches y éramos un padre y una hija que se entendían aún sin hablar.
Sobraban las palabras entre mi viejo y yo.
Aún siento sobre mi cabeza el roce de su mano y aún cada vez que escribo lo percibo enseñándome a escribir y a leer cuando me ayudaba con los deberes que nos mandaba la maestra y lo percibo llevándome a la escuela (con el gorrito de piquirto azul) y hasta puedo sentir el calor de su mano apretando mis manos pequeñitas .
A su manera me dejó la militancia adherida al lápiz y al papel .
Porque según mi viejo cada cual militaba desde el lugar en el que estaba preparado para militar.
Que las calles son del pueblo lo aprendí de mi viejo
Que en las calles el pueblo resuelve sus problemas lo aprendí de mi viejo.
Y aprendí de él a decir las cosas sin vueltas, así como salen sin filtro alguno .
Por eso es que esos aprendizajes heredados me inducen a decir que mañana la oposición golpista y desestabilizadora cree que no dando Quórum contribuirá a que nuestros sueños de pueblo se derrumben .
Y hasta posiblemente esta noche estos gusanos, cascarudos y cucarachas se junten alrededor de las farolas para pergueñar la manera de hacer más difícil vivir en esta democracia que nos ganamos tras tanta sangre y tantos compañeros que quedaron en el camino.
El que a hierro mata a hierro muere, eso decía mi viejo.
Por eso estoy segura que estos ñoquis que viven a costa nuestra morirán como deben morir en DEMOCRACIA los TRAIDORES AL PUEBLO Y A LA PATRIA.
Es decir, deben morir asfixiados en miles de boletas que salidas de las urnas caerán sobre cada uno de ellos aplastando sus aspiraciones a ocupar el sillón de Rivadavia.
Que las calles son del pueblo.
Eso decía mi viejo.
Por eso se que mañana juntando nuestras manos y pegados cuerpo a cuerpo formaremos una barrera de brazos alrededor del Congreso lugar en el que estos sediciosos llamados diputados de la oposición han de faltar a su juramento y a sus deberes de ciudadanos.
Tal vez se salgan con la de ellos.
Tal vez burlándose del pueblo lleven a cabo la feroz pelea interna en la que están ocupados por ver quien es el primero en pegarle al pueblo, en defraudar al pueblo, en traicionar al pueblo.
Mañana nos abrazaremos alrededor del Congreso donde hace un tiempo alguien dijo que era el lugar en el que las URNAS estaban guardadas.
Tal vez estos insectos ( borrachos de soberbia como el loco borracho que pronunció aquella frase ante un pueblo que ya se hallaba en alerta )se salgan con la de ellos.
Pero, nosotros nos saldremos con la nuestra.
Solo es cuestión de tener paciencia.
Cuando la fruta esté madura habrá de caer del árbol.
Hasta entonces seguiremos abrazados.
Y en las calles.
Porque en las calles el pueblo resuelve sus problemas.
Eso me enseñó mi viejo.

Hasta la Victoria Siempre

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