viernes, 30 de julio de 2010

UN FISGÓN EN LA ALCOBA DE OLIVOS



Leía yo un artículo del periodista Carlos R. Roberts mientras las gotas de lluvia caían sobre los baldosones del patio de mi casa tapizado con flores naranjas de la enredadera que comparto con mi vecina.
Y realmente me planteaba (a medida que avanzaba mi lectura) que denigrante para un ser humano tener que violar la intimidad de una pareja para ,como una vieja chismosa o chimentera exponer la intimidad de una alcoba matrimonial

Para responder vaya a saber a que fines valiéndose encima del respaldo de un medio gráfico que ,como “La Nación” se caracteriza por ser tan pero tan conservador y respetuoso de la familia y por ende de quienes son cabeza de ese modelo de familia tan defendida últimamente por la Santa Iglesia y por muchos legisladores homofóbicos.
El artículo titulado:”Una picante noche en la alcoba de Olivos” describe en forma pormenorizada la forma en la que la Presidenta se maquilla aparentemente para irse a dormir y en medio de ese ritual que nos es familiar y común a todas las mujeres , la mujer presidenta(según lo que el mencionado describe.)habría tenido una discusión con su marido.
A esta altura de mi lectura de un artículo con ribetes patológicos (porque a mi entender y opinión) realmente hay que tener el zapallo podrido para meterse en una alcoba y espiar lo que en ella ocurre para posteriormente salir a ventilar lo que en la privacidad e intimidad de la misma se sucede, nuevamente me planteo preguntas que seguramente el común de las mujeres se plantearían.
¿En que lugar de la alcoba estaba el fisgón?
Mis diversas hipótesis:
1-Debajo de la cama matrimonial.
2-Colgado de una percha en el ropero del cuarto.
3-Escondido en el baño y oculto por el cortinado de la bañera.
Vienen entonces a mi memoria las clases de nuestra profesora de Psicopatología y Psicodiagnóstico cuando cursando la materia nos refrescaba algunos conceptos que han quedado adheridos a mis neuronas cerebrales.
“Yo constituyo al otro como objeto a través de mi mirada.”
“Siento la mirada del otro que me objetiva, me cosifica”
Y abandono la lectura porque como mujer vivencio que se me eriza la piel y se me afila la lengua y comienzo a experimentar esa repugnancia que suele invadirme cuando el maltrato, el abuso y la deshonestidad intelectual pretenden avasallar a las mujeres por el solo hecho de ser mujeres.

Hasta la Victoria Siempre


AMÉN

1 comentario:

  1. Si me permite expresarlo un tanto crudamente, el fisgón es un periodista inmundo que escribe para un medio inmundo

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