martes, 30 de noviembre de 2010

Jorge Rafael ha confesado



Y al hacerlo desde esa soberbia acuñada y perfeccionada con el paso de los años ha asumido la responsabilidad de las muertes, de las torturas, de los asesinatos, de las desapariciones forzadas, de las cárceles clandestinas, del robo de los hijos de nuestros compañeros.
Porque (amparándose en las redes tejidas por la Iglesia y por la población civil que se prestaba al juego inmoral de facilitarle a la alimaña el festín con en el que saciaba su sed de venganza devorándose a sus víctimas) el muy hijo de puta se ha atrevido a manifestar con su lengua impura que los hechos que se le imputan no se constituyen en crímenes de lesa humanidad porque las víctimas no eran población civil sino combatientes.
Pero resulta que hemos vuelto (tras los años) hemos vuelto a encontrarnos con el maldito
Y él está allí sentado en esa silla en calidad de delincuente que ha de ser juzgado por todo lo que hizo, organizó y ejecutó sin temblarle el corazón o la piedad cristiana alimentada por las hostias celestiales.
Y yo estoy aquí esperando la sentencia que lo condene de por vida a morir como murieron los que compartieron las celdas conmigo allá en los pozos .
Para después de tanto tiempo poder pensar que aún existe la Justicia en este mundo.
Jorge Rafael ha confesado y yo he sobrevivido para verlo sufrir como sufrieron aquellos y aquellas que fueron llevados por la muerte.
No eran combatientes.
Eran civiles.
Eran madres separadas de sus hijos, y eran padres torturados(como el padre de mis hijos) y eran amigos agonizando en el suelo sucio y hediondo de las celdas y eran seres humanos que gemían y pedían por la muerte antes de volver a la tortura.
Jorge Rafael ha confesado y su confesión es la cabal muestra de que no pudo destruir lo inmaterial y lo intangible.
Había la voluntad sembrada de volver en los inviernos y en los otoños y en cada estación de las estaciones de ese tiempo que fue un tiempo en el que esta hiena había salido de su guarida a capturarnos.
Esta bestia ha confesado y al hacerlo han vuelto a mi memoria las veces que la muerte jugaba con la vidas en cada celda .
Penetraba la muerte para llevarse entre sus brazos a un hermano o a una hermana que gemía después de la tortura.
La muerte es blanca y también es silenciosa.
Al morir un hermano se sentía el silencio de la muerte
Avanzaba la muerte como descalza, para no hacer ruido y molestar al otro que también moría .
Silenciosa la muerte.
Y blanca.
Blanca la piel, blanco el silencio, blanco el dolor pegado en las paredes que miraban desde el ladrillo estático como morían los que así morían.
Jorge Rafael ha confesado
Como arrancó a los hijos de sus madres
Y separó a los hijos de sus padres.
Para encerrarlos en las celdas tras las rejas
Y asesinarlos.
Sembrando la tierra con despojos.
Jorge Rafael ha confesado .
Y tras su confesión un antes y un después.
Un después de aquellos días.
Otra visión tal vez, otra mirada.
Otros ojos acompañando el paso de los hombres a mi lado
Sentidos en alerta y sensaciones, a flor de piel y a flor de huesos y de pelambre ( como animal-hembra asustada )con rugidos
A veces con palabras.
Jorge Rafael ha confesado .
Y yo sobreviviente del pasado espero tan solo se salde la INJUSTICIA con JUSTICIA
Que muera tras las rejas.
Que sufra, que padezca que tiemble y sienta miedo.
Así como nosotros lo sentimos .

Cuando retumbe la sentencia al asesino.
Y corra llevada por el viento hasta las tumbas NN.
Será Justicia

Hasta la Victoria Siempre

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